Las utopías de Levita expresa sutilmente los rasgos filosóficos de una vida que revela un modo de afrontar y sortear las piedras que encontramos en el camino.
En ellos se dejan entrever algunas de las respuestas que afanosamente buscamos y que nos cuesta creer por estar tan cerca de nosotros; de ahí que no nos pique la curiosidad y el sentido común de ponerlo en práctica. Son tan evidentes y perjudiciales ciertos hábitos y conductas que el acomodamiento nos impide luchar contra ellas, aun siendo males que nos esclavizan de por vida: internos y externos.
Las utopías de Levita nos habla de situaciones complejas en las que estamos y quisiéramos salir, pero que, por ser algo cotidiano en nuestra vida y estar tan apegados a ello, la profusa información de que somos objeto no hace más que sumirnos a esa nebulosa que nos lleva a creer que la vida es así porque no puede ser de otra forma.
Aunque haya respuestas que parezcan de Perogrullo, es en ellas donde también encontraremos la solución para salir de esta aplastante desilusión que ha caído sobre nuestra sociedad y que nos hace sentirnos como atrapados en una tela de araña, que la podemos romper, pero nos da miedo salir y ser libres con una voluntad fuerte. Este libro puede sorprender, porque, de forma sencilla, enseña a tomar decisiones críticas, saludables y acertadas en situaciones difíciles.
Todos necesitamos encontrar el horizonte que conduce a lo auténtico, a lo genuino, pero que, si no se pone en práctica este saber, nunca veremos los resultados satisfactorios. Y sí, seguiremos permanentemente sometidos a unos resultados catastróficos de forma intermitente. Tristemente es así como nos va la vida en los últimos años.
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