Como enseguida comprobarán, esta novela comienza por el final, así que este no es lo más importante que deben de descubrir. Sumergidos en el relato, se preguntarán en qué aguas pantanosas están nadando y quién les mandaba meterse ahí; se harán preguntas y compararán su vida con la de estos personajes; intentarán hallar similitudes y desearán que haya muchas diferencias. Espero que tengan suerte y que así sea.
Narra de qué modo dos prostitutas y sus dos hijas de diez años, con la ayuda de un veterano trabajador de la whiskería, consiguen escapar de las garras del proxeneta. Buscan amparo en los servicios sociales y en la policía. Las autoridades se limitan a asignarles un piso de acogida.
Elías, el proxeneta, las busca férreamente y sin piedad. La fuga supone un quebranto económico, no solo por las dos «trabajadoras», sino también por las niñas, apalabradas a un tal Luis Alfredo Betancos para el exclusivo comercio de la prostitución infantil.
Tanto Elías como Luis Alfredo, ayudados de sus sicarios, las persiguen sin cuartel. Ellas tan solo cuentan con la endeble ayuda de la trabajadora social Milagros y de la psiquiatra que les asignan, Melania. Ellas son las únicas que pueden salvar a las madres y evitar que rapten a las pequeñas, Mariola y Constanza.
Esta tremebunda crónica se puede (y se debe) extrapolar a cualquier rincón del mundo. Amparada en unos personajes ficticios, refleja, quizás de un modo bastante realista, el truculento mundo de la prostitución.