Decía Voltaire en una famosa cita de su novela Candide que «debemos cultivar nuestro jardín». Ese jardín interior en que otorgamos tierra y alimento a nuestros sueños, para que se conviertan en proyectos de vida que nos ayuden a crecer. Ese jardín de la autoestima que, bien trabajado, nos hace sentirnos plenos, útiles y en gratitud con quienes nos rodean y acompañan en el camino. A través de los momentos reales que transcurren en su jardín, abiertos los sentidos y la intuición en momentos de plena consciencia, la autora descubre las lecciones simples que le transmite la naturaleza, la más sabia de las mentoras, y las comparte con sus lectores en forma de pequeñas reflexiones. Con la ayuda de las analogías, las metáforas y en un viaje literario que sigue los ciclos naturales de las estaciones y los meses del año en el hemisferio norte, se va reescribiendo un aprendizaje vital con el que todos nos podemos sentir identificados.