Un buen día se extinguió el león del Atlas, el quagga, el tigre de Bali… nombres de animales que responden a exotismo y viajes llenos de aventuras, pero que en el fondo encierran el debate entre la vida salvaje y el desarrollo humano. Y es que a la vida de los animales salvajes hay que añadir la adolescencia, el sabor de la inocencia y de la fractura de los límites de la realidad. El sueño de la naturaleza virgen se apelmaza con la ecológica inspiración de personajes como Félix Rodríguez de la Fuente o David Attenborough. De esta forma, el bisonte de las praderas va unido a los pieles rojas, el tigre a los británicos que se apoderaron de la India o el pájaro dodo a los marineros ingleses que hollaron la isla Mauricio. Personajes de Patrick O’Brian o históricos, como el conde Lazslo Almazy, conviven con hombres anónimos de carne y hueso. Literatura, historia y recuerdos de una infancia que se resiste a marcharse se dan la mano en las entretenidas páginas de este singular libro.