Hace dos meses que no salgo a la calle, que mi alma deambula por casa, que no siento el contacto de ninguna otra piel, que lloro por ella, cada hora, cada minuto, cada segundo que marcan las agujas del reloj.
Hace dos meses que mis canciones dejaron de tener melodías, que me despierto a las 4:43 cada día, oyendo su nombre, que cada vez que cierro los ojos veo su rostro…
Hace dos meses que repito esa noche una y otra vez y, ¿sabes qué es lo mejor?, yo ni siquiera estaba presente.
Al menos mi mente no lo estaba.
Hace dos meses que perdí a mi mejor amiga.
Ojalá pudiera advertirte, antes de sumergirte en mi vida, que hay cosas que no te van a gustar, pero sería bonito que me ayudaras a encontrar la salida de mi planeta de flores marchitas.