La historia comienza en un pequeño castro celtíbero situado a escasa distancia del actual pueblo de Codes (Guadalajara), eje central de la novela. Desde allí, nuestro joven protagonista, Leukón, iniciará un interesante viaje en el que explorará los diferentes territorios de la Celtiberia alcarreña: Segontia, Lutia, el Ceremeño, el Valle Salado, el Valle del Río Dulce… llegando incluso a las minas de Ojos Negros, en la actual provincia de Teruel.
A lo largo de su incesante recorrido, tanto espiritual como físico, nos descubrirá las costumbres y las diferentes actividades propias de aquellos tiempos: la producción de la sal, la extracción del hierro, la ganadería, la agricultura y la artesanía; mostrándonos los valores éticos, morales y humanos que sustentaban los pilares de la raza celtíbera.
Un sinfín de peripecias, devenires y descubrimientos nos situarán en la Celtiberia del siglo V a. C., una época de importantes cambios tecnológicos, culturales y sociales.
Desafortunadamente, con la progresiva llegada a la península de los primeros romanos, y la conquista total de todo el territorio en siglos posteriores, se borrarán los vestigios, la cultura y las tradiciones de este sorprendente pero olvidado pueblo que fue, sin lugar a dudas, el germen de nuestros orígenes y la cuna de nuestras raíces.