Con Levedad, su autor evoca a los paisajes íntimos del ser: la transcripción poética de aquello que habita en la memoria y que el corazón deja escapar por un instante. Sus versos son descarnados, canallas, con aroma a noche, a encuentros y a ciudades deshabitadas.
Esta obra es un bello y complejo ejercicio de sinceridad y empatía, rico en imágenes poéticas y representaciones conmovedoras.