Cumplí con el estilo de vida diseñado por la sociedad. Tenía todo aquello que una mujer puede desear: pareja, estatus, belleza y dinero. Sin embargo, al contemplar mi vida desde la cima del éxito no descubrí la anhelada felicidad, sino la temida ansiedad. Aunque, no voy a hablar de eso. Voy a hablar de autorrealización y de un viaje en bicicleta por Indonesia que me hizo desterrar la infundada idea de que la felicidad es algo que les ocurre a otros. Voy a hablar del sentido de la vida, de mi conquista existencial, del verdadero amor, de los sueños realistas, de las metas honestas, de la libertad consecuente y, en especial, de la apasionante aventura que viví en compañía de Izan. Voy a hablar de las falsas creencias que alimentaban mi ego, del sufrimiento y del eneagrama. En definitiva, voy a hablar de cómo reinventé mi vida y aprendí a dominar el miedo para vivir desde el amor.