Amable lector: por si acaso el título del libro parece presuntuoso, me tomo la licencia de anticiparle lo que en él se va a encontrar. En las primeras páginas, destaco la admiración que provoca mi fuente de inspiración: el Cuadro de la Evolución con las fechas clave del devenir de nuestro misterioso mundo a lo largo del tiempo. El misterio se presenta fundamentalmente en
el momento inicial de las cuatro singularidades que marcan las cuatro fases estelares del proceso evolutivo: Universo, Vida, Humanidad y Espiritualidad.
Me asombra el proceso seguido por nuestro mundo durante sus trece mil ochocientos millones de años, que solo nuestras últimas generaciones han podido descubrir. Somos los primeros en conocer dónde estamos, pero solo empezamos a saber «qué somos».
Comienza la Fase I con la creación del Universo. En poco más del último siglo, figuras como Newton, Maxwell, Planck, Einstein y otros grandes científicos enseñaron más ciencia, acerca del funcionamiento del cosmos, que la acumulada en todos los siglos anteriores.
Sorprende después que la Fase II sobre la Vida tardara diez mil millones de años en aparecer en nuestro minúsculo planeta desde que fue creado el vasto universo. Causa asombro que la evolución de millones de seres vivos fuera después tan extensa y vertiginosa.
Transcurren cuatro mil millones de años más para que en la Fase III aparezca el primer destello de Humanidad como lumbrera. Surge el homo sapiens como único animal racional autoconsciente. Alcanza niveles excelsos en su cadena del ser: Materia, Cuerpo, Mente, Alma y Espíritu.
Por último, en un intento de vislumbrar el futuro, me atrevo a aventurar una Fase IV de Espiritualidad con la aspiración manifiesta de una Nueva Humanidad.
Propongo un modelo eficaz y viable como ideal a seguir.
Termino declarando lo que SOY, después de intuir lo que SOMOS, con ayuda de las lecciones aprendidas de todas las ciencias que nos enseñan a pensar, aun siendo consciente de que la última palabra está por escribir.