Que las heridas sanan, que las cicatrices son experiencias de vida y que el recuerdo que queda se esfuma son situaciones que parecen estar totalmente asimiladas. Lo que parece permanecer en un segundo plano es el hecho de que uno ya no es el mismo cuando eso sucede. Y entonces hay quien hace como si nada y quien actúa como si todo.
Pero también están los que no se amedrentan, quienes des-pegan hacia el espíritu del Sol y viajan más allá de toda oscuridad. Que son valientes, melódicos, de almas en movimiento. Que aceptan su reflejo en el espejo y lo convierten en su mayor aliado. Hay quienes están ahí para escuchar suave y en rojo carmesí. Que son luchadores y nos están esperando, así como yo te espero a ti. O no. Quién sabe.
Quizás ya estoy de camino, y este libro es mi equipaje.