Martes 22 de mayo de 1945, Múnich, Baviera. Son los últimos días del nazismo, el ejército norteamericano encuentra en un reducto alemán a una de las mentes más brillantes de la inteligencia alemana, Reinhard Gehlen, el cual asegura que tiene enterrado bajo los Alpes toda la información más importante sobre un futuro enemigo: La Unión Soviética.
El comunismo amanece desde Oriente, y los países aliados lo ven como una futura amenaza.
Washington no dudará en utilizar a las personalidades más infames de la temida Gestapo ahora en su poder, para hacer frente a este nuevo enemigo.
En este escenario se librará una auténtica guerra civil de espionaje cuyo campo de batalla será la dividida Alemania, entre la recién creada Stasi comunista de la República Democrática Alemana, y una organización conformada por los más temibles ex miembros de la Gestapo en la República Federal Alemana.
Una épica batalla en la que valdrán todo tipo de crímenes y traiciones, y en la que solo hay una cosa clara: esta vez, ningún bando es el bueno.