“Desde hace un tiempo nuestra hija no para de hablar de Zakir, su profesor de música…”
Así comienza LOS CONTADORES DE ESTRELLAS, que comprenden cuarenta y cuatro relatos donde nuestra narradora, inteligente, atrevida, fértil, disonante e irónica se entrega al arduo ejercicio de hablarnos del teatro de la vida. Del universo de las palabras. De su horizonte.
En un entorno a la vez real y metafísico nos introduce en la magia del modo de sentir de sus personajes, las fantasías de sus conductas y sus sentimientos.
Y una vez todo ello hecho voz, al contarlo, de un modo causal o casual, se detiene, fresca, lúcida, sobresaliente en un acto cualquiera, lo hace visible, lo muestra, lo esconde, lo magnifica, lo viste y lo desnuda a la vez, y entonces suele suceder la circunstancia que el lector comprometido en el ejercicio de la lectura no tenga otro remedio que cerrar los ojos asintiendo, un gesto harto difícil, pues desea volver a repetir con voz muy baja las palabras que hace un momento entraron directas a la conciencia y al recuerdo de su memoria.
Isabel Caballero, escritora, tiene un modo de contar distinto e ilumina lo involuntario y en ese lugar entrañable, íntimo, una mujer descalza se mezcla con un Dios plástico que abre un baúl de una muchacha muy musical cuyo nombre, vaya usted a saber por qué, es el de Gloria… un león barroco habla, un muerto recto anda… entonces, repito, el lector expuesto, terminará desarmado y entregado, pues todas las palabras que nacieron al leerla terminarán en su maltrecha espina dorsal.
CLAUDIO CHUST GIMÉNEZ