Año 1984. Cinco jóvenes cercanos a la treintena quedan en la Dolce Vita de Granollers, Barcelona. Es sábado por la tarde, y la noche promete. Beben cubalibres de ron Bacardí con Coca-Cola y escuchan a los Boney M. Quieren marcha; pero de la buena; por lo que deciden acabarla en Lloret de Mar, la ciudad de la Costa Brava con más metros cuadrados de extranjeros. La meca de «los costeros», de los machos ibéricos sedientos de sexo y de rock and roll. Pero no todo el mundo domina el mundo del ligue, a pesar de creerse algunos que son los reyes del mambo; pues la mayoría de ellos no se comerán ni un rosco. Quijotes en busca de «Dulcineas» nórdicas, que acabarán siendo objetos sexuales para ellas; porque, aparte de venir a tomar el sol y tostarse como las pipas, también venían a divertirse. Después, «si te he visto no me acuerdo».
Los hombres que buscaban alemanas es una novela dinámica, épica y divertida, con final dramático. No todo va a ser flores y violas. Y como dijo alguien: «La venganza se sirve fría». En la novela hay venganza, diversión y muerte. Como la vida misma.
Los personajes y los lugares son de ficción, así como el argumento de la novela.
Toda coincidencia con lugares o personas reales es pura coincidencia.