Un nuevo caso conduce los pasos de Rodrigo Páez hasta Galicia: la muerte de una joven cuyo cadáver fue encontrado flotando en la Ría de Vigo tras caer, en extrañas circunstancias, del puente de Rande.
A pesar de las dificultades que entraña la investigación de un suceso ocurrido veinticinco años atrás, acepta hacerse cargo debido al parecido de dicha joven con Aura, que va más allá de su parentesco, fisonomía y personalidad. También padecía una misteriosa enfermedad y poseía un extraordinario talento para empatizar con los demás.
Aborda este viaje en el espacio y en el tiempo del todo escéptico a los sucesos de naturaleza sobrenatural que parecen perseguirlo y que lo obligarán a enfrentarse con su propio destino.
Aura, ajena al desarrollo de esta investigación, se sumerge en un nuevo sueño en busca de respuestas, sobre todo, de algún indicio que la ayude a descubrir el auténtico rostro de la Moroii que la persigue, sin ni siquiera imaginar que no es el verdadero blanco de la temible acosadora.