En este libro están escritas las recetas que se han ido aprendiendo y, más adelante, se fueron transmitiendo de madres a hijas, de hermanas a hermanas, de primos a primas, etc.
Antes o después, alguien toma el relevo y se encarga de preparar los postres que tanto nos alegran las comidas y las reuniones familiares o con amigos. Todos hemos conocido a alguien que ha recibido ese testigo, no solo por transmitir un legado, sino por la alegría de ver a la gente sonreír con esos detalles que nos regalan en forma de galletas recién hechas, bizcochos, etc.
En ocasiones, a esa persona la hemos llamado «tío» o «tía», ya sea un familiar o no.
La razón por la que este libro se llama Los postres de la tía Amaia se debe a que ahora es mi madre quien lleva ese testigo y se encarga de transmitir lo aprendido.
Espero que os gusten estas recetas, que las disfrutéis y las compartáis con vuestros seres queridos.