No hay nada más motivador que emerger tras haber naufragado.
Los restos de mi naufragio es una cadena con eslabones unidos entre sí, como consecuencia del tiempo, de los retos, de la vida y de los sueños.
Todos estamos hechos de capítulos sueltos, de restos que dejan un poso en el alma y un corazón cosido a recuerdos.
No me conformé con perder la noción del tiempo y alargar mi estancia en aquel lugar sombrío donde me encontraba, donde al mar cada día, le echaban más agua…
Los restos de mi naufragio es la señal inequívoca de la opción que elegí. Morir de vida.
Y mientras tanto, no temerle al mar ni dejar de subirme a otro barco.
Agradezco a los que con su espera me dieron la oportunidad de alcanzar la orilla en tierra frme, a los que llevaron mi barco a pique, a los que viven y sobreviven…
Gracias a la vida por haberme dado tanto y por haberme dejado conocer, tener y disfrutar lo que me ha quitado.
En estas páginas, entre las palabras de algún párrafo, solo espero tocar el alma de más de un náufrago.
BEATRIZ GÓMEZ FREIRÍA