En la Castilla del siglo XV y concretamente en Ávila y su Tierra convivieron varias familias de noble cuna e innoble comportamiento, entre las que destacan los Dávila. Unos lucían en sus escudos 6 roeles y los otros 13. Eran vecinos, pero se llevaban entre sí peor que el perro y el gato. La envidia y la soberbia alimentaban su enemistad y el amor por lo ajeno enriquecía su patrimonio. Todo ello con la actitud laxa, cuando no tolerante, de los monarcas. Eran los caballeros más poderosos de la ciudad, los que la gobernaban y engrandecían con sus palacios y gestas bélicas. Caballeros cuyo odio entre sí transformaron en muerte y destrucción. Las páginas de este libro, como las viejas y angostas calles empedradas del Ávila amurallada, sus cosos y monumentos, hablan de aquellos Dávila, Águila, Bracamonte y otras nobles familias, de sus grandezas y miserias, de sus pecados y virtudes.