“¿Poemas o poesía?
Debes de haber vivido muchas experiencias en la ciudad o en el pueblo donde creciste. ¿Y si ahora cada plaza, cada calle y cada casa ardiera? Todo reducido a ceniza. De la forma más teatral llegas, caes de rodillas, desolado, coges algo de ceniza con las manos y se te escapa entre los dedos. Yo he tenido el privilegio de ver ese incendio, de principio a fin; por esa razón puedo decir que tengo una poesía.
Tú sólo tienes ceniza entre las manos y, por ende, sólo tienes un poema. No quiero darte escombros si puedo darte fuego. Todos mis escritos han nacido en días nublados, lluviosos o en la noche; casi siempre partiendo del silencio y con el propósito de evadirme. Léelos de la misma forma en que nacieron: asume que la oscuridad es anterior a la luz, que el color de la sangre es bello, que el dolor es necesario y que el frío siempre está ahí, mal que nos pese.”