Creo que el mundo se está olvidando de abrazar, que cada vez quedan menos abrazos y corren peligro de extinción, pero también soy de los que piensan que mientras quede alguien dando abrazos nunca se agotarán, por eso este libro es un abrazo, porque soy de los que pelean para que las cosas buenas no se acaben nunca y porque creo que es capaz de abrazarte con cada una de sus páginas.
Sé que si le contara esto al niño que con 11 años empezó a descubrir lo que era poner sus sentimientos en un papel, haría una fiesta, saltaría en la cama y lloraría de la emoción de haber podido llegar hasta aquí y querer seguir creciendo y creyendo.
He abierto mi corazón y lo he puesto en todas y cada una de las líneas que hay en este libro.
He usado toda la sensibilidad que llevo dentro, esa que tantas veces pensaba que me hacía débil hasta que aprendí que era el mejor prismático con el que mirar la vida.
Aquí está todo el amor que he podido dar, todo lo que me ha salido contar, aquí tienes una sonrisa infinita porque siempre se alegrará de que le sujetes, un corazón con los brazos abiertos esperando que seas la otra mitad para fundirse contigo en un abrazo.