¿Alguna vez has tenido la sensación de querer reiniciar la vida? Yo sí. Porque quieres volver a vivir todas esas sensaciones que inundan tu cuerpo y tu cabeza en las primeras veces, aspirando a convertirte en un hedonista del amor.
¿Existe algo más pretencioso que querer unir placer y amor en una misma frase? ¿En una misma persona?
Rara vez se consigue. Rara vez se ponen de acuerdo dos corazones para latir en la misma frecuencia. Una demostración más de lo efímero del amor y la felicidad, pero también de la tristeza.
Cuando estoy triste y necesito olvidar, hay algo que me lleva hacia el mar, como si mis lágrimas y la espuma de sus olas se reconocieran como hermanas. Salidas de una misma madre, que es la nostalgia de quien ha vivido tantas veces una despedida. El mar echa de menos a ese marinero que regresa a puerto. Mis lágrimas a ese cielo estrellado que era, para mí, tu cuerpo.
Al igual que la vida, todo tiene un principio y un final, pero nada debería morir en primavera…