Los más jóvenes quizás no lo recuerden pero los más veteranos seguramente habrán visto deambular por aquella España de los cincuenta a los ochenta una carpa portátil cuya fachada llevaba el nombre de la empresa a la que pertenecía: Teatro Chino Manolita Chen.
Fueron necesarios más de dos años y medio de investigación para que viera la luz el amplio, riguroso y magno volumen que el lector posee entre sus manos. La “biblia del Teatro Chino”, tal y como los familiares de Manolita Chen han calificado al presente ejemplar, constituye toda una aventura que nos remontará desde la lejana China de finales del siglo XIX donde nació Chen Te-Chiang, el padre del fundador del teatro portátil, recorrerá toda Europa y recalará en la convulsa España de la posguerra con el esperado encuentro entre Manuela Fernández Pérez y el artista circense Chen Tse-Ping.
En 1944, cuando ambos contraen matrimonio se inicia la mayor aventura empresarial que ha recorrido nuestro país a imitación de los áureos cómicos de la legua. Una carpa de lona, decenas de sillas plegables, un escenario en tecnicolor y una llamativa y hermosa fachada serán los ingredientes necesarios para que cómicos, cantaores, ilusionistas, contorsionistas, vedettes, imitadores, transformistas, cantantes de copla y canción ligera puedan distraer al público con sus actuaciones.
Bajo la carpa transhumante de los Chen pasaron artistas de renombre: El Fary, Rafael Farina, Antonio Molina, Juanito Valderrama, Dolores Abril, Andrés Pajares, Fernando Esteso… todos ellos comandados por una bellísima supervedette que, no exenta de picardía, se bajaba al patio de butacas y, sentándose en el regazo de un abrumado caballero le espetaba eróticamente: “¿Te mido la temperatura, chato?” Ésta es su verdadera historia.