Me llamo Matedrez, para serte sincero, solo soy una herramienta. Un recurso didáctico y lúdico que maneja el ajedrez a su antojo para llevarnos al mundo matemático y más allá.
Me gusta creer que soy el rey de la lógica, el esforzado peón de la reflexión. Que vivo a caballo entre el sueño y la imaginación, en pos de las incontables torres del infinito, correteando en un bosque de alfiles diminutos. Día a día, sumando siempre, junto a la dama de tu alegría.
Me hace feliz aprender mientras juego, dominar los impulsos que me dispersan, superar uno por uno todos los miedos y compartir contigo mis experiencias. No soy perfecto, lo reconozco, pero ayudo a resolver muchos problemas y he descubierto el número maravilloso, aunque no me cuadran ciertos teoremas.
Sin ir más lejos, prefiero las aperturas a las apreturas, comprender el enunciado a comprender al denunciado, entrenar la mente a estrenar la mente y, sobre todo, me gusta más un mal jaque que un buen hacker.
Sé que este resumen no define todo lo que soy, es lo que tiene querer decir tanto con tan pocas palabras. A ver quién mete el mar en un vaso de agua. Te animo a que me leas de arriba abajo.