Todos tenemos una imagen medio borrosa de alguien. Todos tenemos recuerdos que no olvidamos. Todos cometimos errores que no nos perdonamos. Todos sabemos que, a veces, pudimos hacerlo mejor. Todos tenemos ciertas guerras que nunca terminan. Todos tenemos manías que ya son costumbres. Todos contamos con miedos y vacíos internos que no vencemos. Todos conocemos canciones que sin sabernos la letra cantamos. Todos debemos perdones que no nos atrevemos a pedir. Todos tenemos secretos que a nadie contamos. Todos guardamos mentiras que no son piadosas. Todos conocemos gente mala, y a gente muy buena. Todos tenemos heridas que ni con el tiempo se curan. Todos queremos más, pero damos poco. Todos pensamos cosas que nunca decimos. Todos tenemos un límite y un punto débil. Todos podemos (debemos) equivocarnos y seguir aprendiendo. Todos tendríamos que atrevernos a soñar más, a cualquier edad. Todos deberíamos hacer lo que nos dé la gana, sin joder a nadie. Todos tendríamos que sufrir menos y sonreír bastante más. Todos tenemos una vida. Con un principio y con su final.
Todos.