Mirarse las manos se convirtió en su rutina. No era para mirar sus anillos, que no tenía, ni para repasar sus surcos, que no había aprendido a interpretar, ni para reparar en sus arrugas, que ya ni advertía, sino para saber si estaba despierta. Había soñado y despertado tantas veces que le parecía haber nacido hace más de cien años. El tiempo, devorador de momentos, se convierte
en cómplice en este relato de Alba Bestué, en el que nos sumerge en su intensa vida, repleta de experiencias reídas, sufridas y razonadas, entre paisajes cambiantes y mundos fronterizos tamizados por todos los colores de lo humano. Bestué entrelaza recuerdos del pasado, sacados de sus diarios personales, que ha ido guardando entre cajones medio olvidados, con la historia y evolución social de su entorno, que ha cambiado igual como lo ha hecho ella tras todos estos años. Me parece haber nacido hace más de cien años es un relato autobiográfico rico en detalles y emociones que nos muestra que lo que dejamos atrás y lo que tenemos por delante es un continuo renacer al alcance de nuestra mano.