Este volumen no se puede adquirir por separado, la compra va unida al segundo tomo. En la tauromaquia brota la emoción estética —el auténtico arte taurino— cuando coinciden en el ruedo, frente a frente, mucho toro y mucho torero.
Un gran toro es aquel que causa admiración, por su poderío y bravura, transmite riesgo durante la lidia y, además, es exigente con el torero. Esto quiere decir, en lo básico, que el animal tiene trapío, fuerza, fiereza, galope, entrega…; y, a su vez, que se arranca de lejos a los engaños, que va largo y sale del lance sin dar tornillazos, que se quiere comer los engaños y mete la cabeza, humillando; que no embiste cruzado o metiéndose por dentro, que no se sale de las suertes, que no se cansa de embestir y repite las embestidas, que va a más a lo largo de la lidia y se viene arriba en el último tercio.
Un gran torero es aquel que practica los cánones del buen toreo y sus ejecuciones las materializa con sentido, proporcionalidad, sentimiento y sin imposturas.