Las enseñanzas y las barreras que nos inculcan desde pequeños se van moldeando, o destruyendo a medida que la vida avanza, y las situaciones nos obligan a tomar decisiones que, aunque no sean las más adecuadas, sí representan la personalidad de cada uno, aunque, a veces, esos valores están tan arraigados que algunas personas, lejos de abrir el abanico de posibilidades, simplemente
toman el camino que ya tienen marcado en su cabeza sin tener en cuenta otros.
En este caso se encuentra Héctor, hijo único de una familia humilde, que salió de casa para buscar la supuesta felicidad en Londres, donde su gran capacidad le permitió tener el entorno perfecto para poder mantener todas sus creencias sin tener que tomar otra dirección. Pero el destino quiso que su padre enfermara, teniendo que volver a su pueblo natal, en el que permaneció hasta que conoció a la mujer que le devolvería a la ciudad, Iris, con la que se trasladó a Madrid.
Tras un tiempo de aparente felicidad, la infdelidad hizo que Héctor se diera cuenta de la falsedad de su matrimonio, y de todo lo que le rodeaba.
Dos años después de su separación, una visita a su casa hará que todo su mundo interior se quiebre, dos inspectores de policía buscan al asesino de su exmujer. Los valores con los siempre había convivido se verán amenazados al verse envuelto en circunstancias y personajes, cuyo único objetivo es sobrevivir a su interés.