«Hay historias que no deberían ser contadas, pero que necesitan ser escuchadas».
Este libro no es solo sobre Enrique, un niño lleno de vida que enfrentó con valentía el diagnóstico de un cáncer poco conocido: el D.I.P.G.. Es también sobre el amor incondicional de una madre, la lucha por una causa que trasciende lo personal y la necesidad de alzar la voz por los niños que merecen más oportunidades.
Con honestidad y sensibilidad, Susana Rodríguez comparte su experiencia como un acto de transformación, convirtiendo el dolor en un llamado urgente para visibilizar el cáncer infantil y la importancia de la investigación médica.
Mi hijo Enrique no busca respuestas fáciles ni caer en el dramatismo; es un homenaje a la vida, a la esperanza y a la capacidad de crear un cambio real desde las experiencias más difíciles. Una lectura que invita a la acción y que deja huella.