En este pequeño relato intento reflejar la realidad que nos ciega a muchos adolescentes en nuestra vida cotidiana. Al principio comenzó siendo un diario personal, así que trata de una historia basada en hechos reales, pero al ver que recibía apoyo de personas en situaciones similares, me di cuenta de que no era la única persona que estaba sumergida en circunstancias que no correspondían a una forma de vida “normalizada”. Aunque muchos de los actuales adolescentes no tengan la suerte de poder tener vocación hacia la lectura, me gustaría compartir mis vivencias y pensamientos hacia este colectivo, ya que no todos decidimos escoger el mismo camino, es decir, no todos tenemos la suerte de poder encontrarnos con el momento clave que nos hace recapacitar y nos deriva a distintas problemáticas. La verdad es que me resultó muy difícil poder escribir hasta la que consideré última página, aunque sean pocas, ya que han sido etapas difíciles de superar, tan complicado que, me llevó 2 años poder terminar de escribir. Por eso es que animo a todos aquellos que tengan la sensación de estar “perdidos” en el mundo a que puedan hallar una solución alternativa a anclarse en el pasado y seguir adelante pese a las situaciones difcultosas que puedan darse ya que tenemos un futuro por delante y no está todo perdido. Uno de los únicos consejos que podré daros es que jamás rechacéis la ayuda que os quieran ofrecer, ya que serán de las pocas oportunidades para poder volver a ver con claridad. Las personas no somos superhéroes, por suerte o por desgracia, y es por eso que un empujoncito nunca viene mal.