Con Mis tardes azules, el escritor Manuel Vargas quiere enaltecer el valor poético que Antonio Machado, Rubén Darío, José Zorrilla o Elena Martín Vivaldi dieron al color azul para poner de manifiesto las muchas sensaciones y no menos emociones que un azul real o imaginario puede llegar a despertar.
La recompensa que genera la lectura de Mis tardes azules se corresponde con la agradable sensación que experimenta el autor al sentarse frente al ordenador y sentirse extraordinariamente a gusto a lo largo de todas y cada una de sus tardes escritoras.
Es el azul emocional que siempre flota en el ambiente, que elige estar presente, que jamás falta a su cita diaria, que nunca falla.
Este nuevo libro, de veintidós capítulos, recoge el merecido homenaje a un magnífico Instituto granadino; continúa con el reconocimiento de figuras y personajes de ámbitos científicos, literarios o artísticos y acaba recreándose en unas interesantes conversaciones que el autor mantiene con sus nietos para reforzar esas percepciones y para tener siempre presente que el azul y el encanto están destinados a ir siempre de la mano.