En la era de la desinformación, los prejuicios, el desapego y la confrontación; en un mundo tan complejo que es difícil entenderlo todo, las cosas cambian. Se hacen necesarias palabras que calen en las mentes, y corazones que conciencien más allá de esos mensajes mudos, sordos y, a menudo, vacíos.
Este es un libro con objetivos claros, sentimientos fuertes y temáticas serias. Tan serias que espero que puedas cerrar los ojos al final de cada relato para pensar. Pensar, sin que nadie hable.
Los silencios en soledad son más pesados, porque te hacen intentar reforzar tu propio juicio crítico y cuestionarte si eres todo lo bueno o buena que puedes llegar a ser.
No hay nada que indique qué está bien y qué está mal; nada más que nosotros mismos, con nuestras interpretaciones y nuestra manera de avanzar.
Todos deberíamos mirar atrás, hacernos responsables, actuar. Niños y niñas, adultos; primera, segunda y tercera edad. La sociedad necesita un libro como este.