Alberto sufre un accidente y fallece en el hospital, pero antes de que su consciencia se retraiga de todos sus órganos para luego desprenderse y seguir su camino, algunos de estos son trasplantados en los cuerpos de tres receptores. Ahora tendrá que esperar a que ellos mueran para finalizar su propio proceso de muerte.
Muerte a plazos es una historia donde lo normal y lo paranormal se entretejen y conviven estrechamente, donde la muerte no es más que un estado transitorio en el proceso intemporal de la consciencia, y donde las ideas y
conceptos rígidos de nuestra sociedad moderna se enfrentan con una fría y contundente realidad que abarca mucho más de lo que puede ser percibido, por lo que victimarios, víctimas y salvadores simplemente juegan un juego de brutal intrascendencia. Es una novela de ritmo intenso que nos hace reflexionar sobre las tradicionales ideas heredadas que tenemos sobre el “bien” y el “mal”.