En su lecho de muerte, durante la posguerra española, en un pequeño pueblo costero llamado Puerto Arena, un anciano narra a su ahijada Mari Mar la verdadera historia de sus orígenes. Durante su juventud, Ramón Jacinta se dedica a toda clase de negocios turbios aliándose con Joaquín, un apuesto y prometedor estudiante de dudosa moral que al caer el día acecha en la oscuridad como salteador de caminos, pero que tras un matrimonio forzoso se gana la vida trabajando en el castillo de los marqueses. Allí conoce a Hortensia, una joven condesa con la que inicia una pasión clandestina que lleva a un embarazo que los marqueses se encargarán de ocultar y resolver ofreciendo una cuantiosa suma al mayor truhán del pueblo, el cual deja al bebé con una joven que se ve obligada a aceptarlo. Ramón apadrina a Mari Mar haciéndola formar parte de su familia.