Hace mucho tiempo, me contaron una historia. Esa historia hablaba de un concurso de escultores en la antigua Atenas para hacer una escultura de Atenea.
Cuando los artistas presentaron sus obras, apareció una que no era de un escultor de Atenas, pero que sin duda era la más perfecta.
Cuando dieron a conocer los premios, no se lo dieron a la mejor escultura. Enfadado, el artista no vendió a ninguna persona de Atenas aquella obra, despreciando el mucho dinero que por ella le ofrecieran. Por el contrario, marchó a venderla muy lejos de aquella ciudad que no había sabido premiar su arte. Desde entonces, a aquella Atenea se le dio el nombre de Némesis y representa a la diosa griega de la venganza.
Esta novela no habla de diosas, ni escultores, ni de la antigua Grecia, pero puede tener alguna relación con la venganza de un hijo hacia su padre, por algo que hizo y que su hijo quiso cobrarse después de muchos años.