«Me desperté en una inhóspita habitación de hospital de paredes de color beige, matizado por la luz de la estancia, tan deprimente como el estado en el que me encontraba. A mi lado estaba Adrián, mi querido Adrián, mi ángel».
¿Qué sientes cuando entre una fila de libros llama la atención la imagen de un ángel sobre fondo negro? ¿Qué sientes cuando observas que la mirada de ese ángel se dirige al interior de ese libro que ya tienes en tus manos? ¿Qué sientes cuando lees «No digas no» al mismo tiempo que no puedes retirar la mirada de esa imagen, mientras tu mente te está diciendo: «sigue, abre el libro y lee su historia»?
Jimena, mujer valiente donde las haya, a través de estas páginas, te narra lo mucho que tuvo que batallar para superar la peor experiencia que ninguna mujer debería sufrir. Junto a Adrián, su ángel, pilar fundamental de su recuperación, tanto física como mental, Jimena consigue resurgir de sus cenizas, retomando el vuelo cual ave fénix, para salir de lo más profundo de su abismo.
En No digas no, sentirás las ganas de llorar, las ganas de luchar, las ganas de venganza y las ganas de agarrarte a la vida, porque la vida son dos días y ya hemos gastado uno.
Y ahora tú, querido lector, que tienes este libro entre las manos, puedes pasar a su interior y comenzar a leer para vivir y sentir la difícil batalla de Jimena.