Abundan en la historia seres humanos con un concepto sublime y muy valioso de la humanidad y de la misión que tienen que desempeñar por ella. Esa valoración, impregnada de respeto, los motivó a jugarse la vida con tal de salvar la de otros. Este comportamiento es el peldaño más elevado en la escala de valores de pureza, integridad, altruismo y amor al prójimo, hacia el ser humano. Nos referimos a todos aquellos que, jugándose la vida, intentaron, a espaldas del Gobierno español, salvar a cientos de judíos del infierno del Holocausto. Es por ello que los llamamos Ángeles Salvadores y que Israel los denomina «Justos entre las Naciones».