Rica, variada y muy interesante es la historia de nuestra familia. Llena de abuelos campesinos y emigrantes, siempre buscando lo mejor para sus hijos en ambas orillas del océano Atlántico, desde diferentes partes de Italia y España hasta San Pablo en Brasil y distintos sitios de la República Argentina… y viceversa…, y varias veces…
Estas historias están construidas básicamente con recuerdos personales, tanto de vuestra abuela Nelly como míos, y con la ayuda también de nuestros hermanos […]. No había más nadie a quien preguntar porque todos los mayores ya han fallecido; pero, antes de marcharse, ellos dejaron en nuestras memorias muchos relatos, anécdotas y recuerdos que contribuyeron a forjar los nuestros. La gran mayoría lo han sido por tradición oral […], pero también hemos contado con algunos documentos oficiales, como partidas de nacimientos, de casamientos y/o bautismos, «cartillas del emigrante» y otros que llegaron a nuestras manos a través de los tiempos. Estos documentos nos permitieron concretar fechas y circunstancias de hechos sucedidos hace muchos años, y que afortunadamente se han rescatado para este trabajo, evitando así que se perdieran irremediablemente.
Para que podáis seguir ordenadamente el relato incluimos un esquema del árbol genealógico correspondiente a la familia de la que tratará cada capítulo.
También mencionaré a muchas otras personas que sin ser familiares han estado muy cerca de nuestra familia por distintos motivos: padrinos, amigos, vecinos, compañeros… A algunos los habéis conocido, a otros los reconoceréis por las veces que los hemos recordado o citado en conversaciones y charlas familiares, y muchos de ellos todavía están cerca nuestro —aunque algunos vivan lejos—, y presentes en el afecto y en el cariño.
También trataré de ser preciso en las señas y direcciones de todos los lugares en que hemos vivido y trabajado. Es mi forma de dejaros las pistas por si algún día pasáis por esos sitios y para que podáis decir: «Aquí vivieron (o aquí trabajaron) mis padres… mis abuelos…, o mis bisabuelos… o mis tatarabuelos…». Lo considero interesante. Yo pude sentir esa emoción en Santa Fe, en Buenos Aires, en Ibiza, en Galicia…