En 2018, Andrea y Mar, con veintitrés y veinte años, viajamos a Ghana por primera vez. Lejos de buscar un voluntariado organiza-do con una gran ONG, queríamos libertad y convivir directamente con la gente local, y por un motivo u otro conocimos Aklobotonu, un poblado lleno de sonrisas.
Pero había demasiadas injusticias, y hubo un día en el que la in-quietud empezó a surgir; indignación y ganas de cambiar la situación fueron los impulsores del proyecto Nukoko. La búsqueda de un futuro mejor para aquellos que viven bajo el umbral de la po-breza. Sabíamos que sería un camino con curvas, pero estábamos dispuestas a caminar y superarlas todas.
Hoy en día, Nukoko trabaja en proyectos de educación, sanidad y empoderamiento de mujeres. Una unión con una comunidad a más de 5000 km de distancia. Los beneficios irán destinados a la realización de los diferentes proyectos.