“ Es un libro que engancha”; “Muy fácil de leer”; “Lo he leído varias veces y siempre descubro algo nuevo”; “ Muy ordenado en el tiempo y en la sucesión constante de hechos”; “El final, aunque se va suponiendo a lo largo de la lectura, no deja de impactar pero me he quedado con las ganas de saber más”; “¿Para cuándo la continuación?”;…han sido las frases más repetidas por quienes han leído mi libro “El Secreto de Sofía”.
Y han sido quienes me han alentado a escribir “Ocurrió en las redes”. En todas vosotras y en todos vosotros encontré la motivación, el apoyo, la base y los ánimos para no tener sueño ni a altas horas de la madrugada, para estar deseando levantarme temprano y seguir escribiendo, para rectificar a veces, preocupado en ofreceros lo mejor.
Os estoy muy agradecido.
Si en “El Secreto de Sofía” se pretendía fomentar la lectura utilizando un vocabulario muy sencillo; huir de determinados tecnicismos; con frases cortas que no cansen excesivamente; pasar de una acción a la siguiente de forma constante y ágil, en “Ocurrió en las Redes”, se pretende que el lector o lectora, tenga a mano regla y lápiz, bolígrafo o pluma, para subrayar todas aquellas frases (no precisamente proverbiales), que se consideren interesantes, oportunas, que nos inviten a releer, que podamos recordar en ocasiones propicias, pretendiendo la reflexión, el examen, el aprendizaje o la solidificación de conceptos que ya sabemos.
Por ello, una gran diferencia entre uno y otro libro puede establecerse en la práctica lectora. En el primero, satisfacer la ansiedad por saber qué ocurre a continuación y, en éste, la lectura pausada, la meditación constante, el mensaje,…
“Ocurrió en las redes” es una continuación de “El Secreto de Sofía” en cuanto que descubrimos qué ocurrió con los personajes que formaban parte de su historia. Pero no deja de ser un relato nuevo, una aventura independiente a la vez, válida por sí sola.