Yo tengo 57 años y mi pseudónimo es Jean, Jean Carballo: Jean es el nombre por el que me llamaba mi abuela de pequeño y para mí tiene un significado superior, dado el amor que nos profesábamos uno al otro. De ella aprendí sobre todo la humildad, pero también la serenidad y la paciencia. Soy una persona con una minusvalía y debido a ella he tenido que adaptarme a diferentes etapas en la vida y a sus condiciones a medida que la iba recorriendo.
Mi experiencia dice que una persona con una discapacidad tiene el suficiente poder para desarrollarse: para poder dialogar, para intentar mover sus miembros, aunque le digan que no puede, para poder sentirlos… desde dentro de cada ser y de sí mismo. Una minusvalía a mí me parece a día de hoy casi un regalo del cielo porque me obliga a entrar en mi interior y en el interior hay tanto amor y tanta luz que seguro que si yo no hubiese tenido este accidente no hubiera llegado a esta conclusión.
Mi madre me repite siempre que yo me hice a mí mismo, sacando de dentro esta capacidad de escribir y eso me parece muy importante. Espero, mis queridos lectores, que este libro les aporte mucho —eso sería para mí el logro más grande al que puedo aspirar— y les ayude a abrir nuevos horizontes en su vida o, por lo menos, que les ayude a encontrarlos.
Siempre vuestro.
Jean