En nuestro mundo actual y como siempre ha sucedido en la historia, el equilibrio del poder otra vez está en la balanza, intentando mantener su precario equilibrio. En ocasiones, nuestro propio planeta azul ha intervenido en este peligroso juego de poderes, pero hoy día, en este mundo siempre cambiante y acelerado, nos encontramos en un momento como nunca antes habíamos vivido y todo gracias a la tecnología, un momento histórico que nunca más se repetirá de la misma manera. Nos llevan enseñando, a través de generaciones, que solo somos responsables de nuestro ámbito más cercano de influencia y que de las cuestiones más elevadas del mundo se encarga una suerte de personas, una élite «muy preparada», de las que dependemos todos los países y por ende el futuro de la humanidad.
Por desgracia, el pasado y sus hechos nos confirman que esta supuesta verdad absoluta es una de las mentiras mejor diseñadas y vendidas de todos los tiempos. Los actos y responsabilidades individuales que tomemos hoy en día afectarán como nunca antes al equilibrio de este poder, que volverá a cambiar, sin saber si esto beneficiará o perjudicará al conjunto del mundo.
En Onírico, un individuo con sus actos marca la diferencia con un único propósito, a saber, el que llevamos impreso en nuestros genes, la permanencia y supervivencia de nuestra propia especie. El soñador eres tú, el individuo que asume su responsabilidad y poder para marcar la diferencia. Con el único fin de que nuestra especie tenga un futuro mejor, ahora es el momento de actuar en consecuencia y con responsabilidad. En definitiva, nuestra Tierra ya giraba mucho antes de nuestra existencia y seguirá haciéndolo durante miles de millones de años. Este pequeño experimento de vida inteligente, como es la humanidad, debe decidir qué hacer con el tiempo que se le ha dado y como individuos somos responsables del presente y futuro de nuestra raza, solo uniéndonos como humanidad y desechando las viejas fórmulas de poder, sobreviviremos a lo que está por llegar.