Palabra de Mar nos arrastra bellamente en oleaje al mundo interior de su autora, pero también a la realidad cotidiana, a los deseos, a la búsqueda del poema en lo sencillo, en la duda, en ese no saber y aún así celebrarlo.
… con qué manos abrazaré las ausencias,
dedo a dedo, con intención de piano.
Cada uno de sus versos es un antídoto contra tontas convicciones.
Fallar en el intento.
Conquistar la hilaridad de los momentos vacíos.
Palabra de Mar nace de lo profundo, destierra milongas oxidadas, maneja chamarilería poética de puertos, muelles y tabernas piratas.
Pongo a danzar animales
mientras se abren mis jaulas.
«Beatriz, ligera andante de océanos abismales, hilvana con hechicera maestría imágenes y sentimientos en cadencia tan pura y cristalina, que es música instintiva. Pero también, está la niña exploradora que, con su lamparita mágica, ilumina a placer los recovecos de la existencia, a la vez que entona encantamientos que deshilvanan el tiempo».
Armando Acuña, artista, escritor y poeta tabino. El Tabo, Litoral de los Poetas, Chile 2024