Era tan joven, ilusionada con la música, se montaba sus conciertos en su habitación, donde nadie podía verla. Natalia era la hermana del medio, estaba Alexandra que era la mayor y Danilo el pequeño. Siempre fue la “rarita”, llamada así habitualmente por sus compañeros de aula y sus primos. En su tiempo libre le gustaba escribir historias, y una que otras veces componía canciones, acompañada de una guitarra. Amaba el chocolate, caminar por la orilla de la playa y las tardes de películas. Terminaba ya el Instituto y tenía que irse de excursión a Paris con los de la clase. No le hacía mucha ilusión pero iba Ximena su mejor amiga de toda la vida, y literalmente porque sus padres y los de Natalia se conocieron en el hospital, cuando estaban por nacer ambas. Ambas tenían un sentido del humor tremendo, se contaban todo, eran como hermanas.
Más allá del éxito y la fama, deseaba encontrar el amor verdadero, hacer su familia y tener más que una casa con muebles, un hogar, aunque siempre llevaría París en el Corazón.