Hace unos años, Ángel Sánchez Harguindey, encargado entonces de trabajos especiales del diario El País, me llamó para informarme de un proyecto que tenían: se trataba de la edición (conjunta con Tele-fónica) de los dvd de 35 películas clásicas, que irían presentados en un formato de libro, acompañados de una monografía. Yo haría diez de ellas.
Son La quimera del oro y Tiempos modernos de Chaplin, Robín de los Bosques de Michael Curtiz, Luz que agoniza y My Fair lady de George Cukor, Días de vino y rosas de Blake Edwards, Gigi de Vincente Minnelli, El sueño eterno de Howard Hawks, La gata sobre el tejado de zinc de Richard Brooks y Centauros del desierto de John Ford
Fue, desde el punto de vista personal, uno de los trabajos que he realizado con más placer. Gracias al comentario de La gata sobre el tejado de zinc, por ejemplo, leí muchas cosas sobre Tennessee Williams; repasé a Colette por su autoría del argumento de Gigi y gracias a mi amigo Roger Salas descubrí a Sir Cecil Beaton, autor de los vestuarios de My Fair Lady.
En fin, mis diez películas resultaron un banquete cultural lleno de curiosidades y allí aparecieron, entre muchos, Raymond Chandler y William Faulkner, el caballero D’Arrast (sobre el que había escrito José Luis Borau) y los citados Williams y Colette. Las dos películas de Chaplin, La quimera del oro y Tiempos modernos, me hicieron sumergirme en ese genio incomparable.
Recuerdo que me encontré en un cóctel, en Berlín, a Diego Galán y me extrañó que me dijera que se trataba de un trabajo muy pesado. Para mí, en cambio, fue ligero, educativo y divertido. Por no hablar del tiempo dedicado a ver varias veces cada una de las películas con papel y lápiz.
Espero que este libro les invite a ver de nuevo estas obras y disfrutar con ellas tanto como yo lo hice.
(Del prólogo de Ramiro Cristóbal Muñoz)