HOY EN DÍA, más que en otras épocas de nuestra existencia, la venida a la vida de nuestros niños son la bendición de la sabiduría y visión de la existencia en todo su esplendor. Serán los líderes del mañana y vienen preparados para eso. Pero como padres, debemos reconocer tal hecho o de lo contrario, todo ese conocimiento puede volverse en su contra y no llevar a cabo su verdadera misión. Ellos lo ven todo y nosotros solo hemos de guiarlos a encauzar toda esa sabiduría, ya que su manera de interpretarla es diferente a las directrices de racionamiento impuestas en la Tierra. Debemos permitirles exponer su visión abiertamente y cuando lo hacemos, nos damos cuenta de que contienen unos principios llenos de humildad, equidad, amor, honestidad y justicia hacia todo lo que les rodea. Algo que quizás más de un adulto ha olvidado. Su sentido de la vida se basa en lo universal y en los sentimientos verdaderos. No aceptan aquello que no es fidedigno ni sincero.