Las universidades laborales han sido las grandes desconocidas del sistema educativo español. Este ensayo es la crónica viva de uno de los cientos de miles de hijos de obrero repartidos por los veintiún centros de élite que el ministro franquista Girón puso en marcha en los años cincuenta. El protagonista es habitante de tres de los internados, y su mirada, íntima y realista, se esfuerza en no dejar que la nebulosa del tiempo difumine lo que supuso una revolución educativa, denostada por la izquierda y auspiciada por una derecha tensionada por las luchas internas de poder. Con el tiempo, el orden natural de los acontecimientos convirtió las laborales en centros de excelencia académica y vía de acceso, entre otras, a la enseñanza universitaria. Todo este proceso es humanizado en el relato vívido de un narrador implicado en una historia apasionante, crónica real de una vida. La estructura de este ensayo quiere ser innovadora en la presentación de los contenidos y en la presencia de un protagonista que informa, reflexiona, comenta y extrae consecuencias. Las autoridades educativas de los años cincuenta diseñaron megalópolis donde no existían restricciones de ningún tipo, y creyeron que eso sería suficiente, pero este ensayo concluye, tras un análisis razonado, que es la atención al factor humano la clave de una experiencia de éxito.