Había una vez una joven… Bueno, joven, joven… Señora tampoco. Vamos a ver…
Había una vez una treintañera que, desde que nació, tuvo un camino muy complicado. Optimista incansable, decide que siempre hay que ver el lado bueno de las cosas. Le acompaña una cadena con la palabra «NO» que va llenando de eslabones. Una cadena que podría ser de presa, y decide que sea una cadena de oro que siempre le acompañe. Una historia para reír, para sonreír solo porque sí, y para releer cuando sientas que la vida está siendo injusta.