Juan, un hombre en plena crisis existencial, afronta en soledad una vida rutinaria y urbanita en la ciudad de Madrid. Su ánimo decae progresivamente hasta llegar a sentirse al borde de un abismo. En ese mismo momento, cuando parece que nada tiene sentido en esta vida para él, conoce a Iris, una mujer bella y dulce por quien Juan siente una atracción que va más allá de lo puramente físico. Se conocen, se gustan, conectan a un nivel profundo, pero se quedan a un paso de la historia de amor, pues Iris vuela a Perú en un viaje indefinido en el tiempo y que ya tenía programado.
En un principio, Juan parece caer de nuevo en la tristeza sin esperanza tras la marcha de Iris. Sin embargo, gracias a un impulso interior y a unos “guiños” del Universo que surgen como estímulos positivos, se decide a seguir su intuición para liberarse del peso de su vida y avanzar. Esto le lleva a un viaje sin rumbo claro, a descubrir el encanto rural de un pequeño pueblo del interior de Asturias y, finalmente, a realizar el llamado Camino Primitivo de Santiago, desde Oviedo hasta el faro de Finisterre.
A lo largo del Camino, entre sus senderos y paisajes, hace amistad con un hombre misterioso que siempre camina con una sutil armonía y gran energía para su avanzada edad, que se hace llamar “Átomo”, y que fascina a Juan por su sabiduría y serenidad.
Seguir a pie esta ruta primitiva supone para Juan un “viaje iniciático” de profundo proceso interior, un despertar espiritual, una auténtica transformación personal. Transformación que le conduce hacia una mayor intimidad consigo mismo, a percibir la vibración luminosa que subyace en las profundidades del Alma, a vislumbrar la verdadera felicidad y, de alguna manera mágica, a reencontrarse con su amada Iris.