Tras un largo y complicado año a nivel mental, decidí soltar todo aquello que me atormentaba.
En ese momento, cogí mi ordenador y, mientras llovía en mis ojos, empecé a escribir todo aquello que no me dejaba respirar. Personalmente, ha sido como una terapia, ya que no sabía a quién acudir.
Después de un largo transcurso de cura que dejó mucho dolor en diversas emociones: mi primer amor, la pérdida de un ser querido… En resumen, la experimentación de la adolescencia.