En los cuentos de mi época, a las princesas se las encerraba en una torre hasta que un príncipe valiente quisiera acudir a rescatarlas. Durante años, me sentí una de esas princesas, encerrada en mí misma y mis circunstancias. Ahora, sin embargo, vivo amor sincero, que nutre y regenera, que hace crecer desde dentro.
¿Qué ha cambiado? Te preguntarás sorprendido/a. Pues bien, cambié yo. Cambié mi forma de ver la vida, de elegir, de dar, de recibir, de sentir, de dedicar, de compartir, de sonreír… Cambié mi manera de divertirme, de acompañarme, de aceptarme, de alegrarme, de autocuestionarme, de pensarme, de mimarme, de rodearme… de quererme.
Cambié, que ahora, principalmente, me amo yo. Y aquí comparto contigo unas Pinceladas de Luz y Vida que te harán sentir que vivir desde el amor es posible y necesario.
Así que te invito a amarte, a buscarte, a encontrarte… y a disfrutar del proceso. Porque la vida merece ser vivida y se vive mejor con (hu)-a-mor.
Con amor,
Mayra Idaenz.
Todo un ejemplo vital que merece la pena conocer y difundir.
Muy recomendable.