El autor, en su tercer libro de poemas, nos pretende hacer cómplices de su lectura, pues ya bien nos recuerda en la dedicatoria que Cervantes sentencia, en palabras del Caballero de la Triste Figura: «Digo que no puede ser que haya caballero andante sin dama, porque tan propio y tan natural es a los tales ser enamorados como al cielo tener estrellas».
Buscar, proclamarla, imaginar tan adorable dama es a lo que nos invita el autor. Al eventual lector corresponde seguir tan sugerente propuesta si acepta la invitación a recorrer el libro leyendo sus poemas.